Pero llego el día: Fui a buscar el chelu a mi pieza y cuando vuelvo por el pasillo veo una mosca en lo alto del marco de la puerta. Le digo: Esperame ahí no te muevas (me hizo caso). Fui a buscar una pantufla (era rosa) ah porque aclaraba. Bue, la cosa es que le quise pegar pero salió volando, aunque yo no me rendí. Esta era mi oportunidad, no había otro momento mejor. Entonces la perseguí y le pegué contra muchas paredes y no moría. En una le zarpé alto pantuflaso contra el borde de la puerta y cayó al piso. Yo pensé que era una alucinación mía y que había desaparecido como las moscas acostumbran hacer. Pero no, estaba el cadáver en el piso. El trofeo, la muestra de mi triunfo. Y bueno... así paso uno de los mayores logros de mi existencia.
PD: Apenas la vi muerta en el piso pensé dos cosas:
1) Esto va al blog.
2) La pasé a mi perra que es cazadora profesional de bichos. Cata, envidiame ♪
No hay comentarios:
Publicar un comentario