Y otra vez volví a caer, en una trampa de mentiras. Falacia de creer, en la sola posibilidad de cambio. Hay cosas que se mantienen como están. Y otra vez el mundo dejó de ser mío, las lágrimas interminables, se ahogaron en mis ojos. A gritos pidiendo ayuda. ¿Ayuda para qué? Si ya no hay tiempo que valga la pena; Si siempre, pero siempre voy a terminar de la misma manera. Y otra vez resurgen los reproches, se destapan los velos, y ahí estoy. Al desnudo y sin máscaras con la debilidad a flor de piel, y la conciencia marchita. Y otra vez, otra vez, envuelta en las redes de la mentira, tratando en vano de escapar.
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