martes, 26 de octubre de 2010

Una vez más siento la necesidad de respirarte en los ambientes más oscuros, de desafiar las leyes de la gravedad. Falsa alegría cambiada por tu cianuro.
Necesidad de unirme al ghetto de los que apelan a besarte en escondites bien secretos con la locura como estandarte.
No te permito que me saques toda el hambre, que me acostumbres a atar todo con alambre. Me das mil canciones de buena madera.
Cualquier estación para mi es primavera con vos, pero cuando te vas... me dejas con la más dulce pena matándome adentro & un otoño vacío en el centro que sólo se llena con un poco más de tu esencia en las venas.
Me pongo goma, me pongo parlanchín voy rebotando de Argentina hasta Japón. Me cuelgo con historias que no tienen fin & me preocupo por problemas sin solución.
Voy escuchando Dancing Moon, la sonrisa de oreja a oreja. Es un problema de actitud & ahora los dejo pensando con esta moraleja. 
De esta miel mejor que falte & no que sobre. Te da mil canciones de buena madera.
Que algo tan lindo me haga mal es una pena. Me hace poner una de cal, veinte de arena.

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