Las calles y los edificios de mi Buenos Aires prendido fuego a la noche, cuando ruego por verte regresar. Todo eso y tus besos, son la mueca que me va a quedar cuando me vengan a buscar. Todo eso es el peso, que tendrá mi alma cuando el diablo me reserve algún lugar. Y mis problemas, no serán problemas nunca más. Ningún milagro, un millón de sueños, el intento por entretenerte. Y la suerte de ser testigo presente de nuestra ilusión. La obsesión por la letra y la rima, más presión por trepar a la cima y una rutina que me lastima si no estás vos. Todo eso y tus besos, son la mueca que me va a quedar cuando me vengan a buscar. Todo eso es el peso que tendrá mi alma, cuando el diablo me reserve algún lugar.
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