Y es que pasan noches que dan pena, verse tirado en un rincón. Si uno visita seguido al piso, nunca sentirá que es “lo mejor”. Vivir quebrando entre “vivos”, nunca arañar lo “mejor”. Si tenes conciencia mediando la inconciencia, tu diablo de la guarda no falló. Seguir jugando a caminar, con la brea de algún callejón, ir mirando fijo bien al piso para rescatarse en la ocasión. Y es que siempre caigo por lo mismo, pero hoy me ensaño en perdedor. Cuando el sol ya me daba en la cara, otra vez, el vicio que ahoga amotinó.
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