jueves, 31 de marzo de 2011

Yo y mis precipitadas contradicciones.

Uff, yo acepto que últimamente tengo un humor de mierda, literalmente. Que contesto siempre mal, que todo me molesta. Que siempre estoy cambiando de humor, que a veces estoy susceptible, que tengo tiempos en los que me importa todo una mierda. Que a veces me pongo a pensar que no tengo que pensar tanto, que hay cosas mejores que preocuparme, que hay cosas que me estoy perdiendo, que no tendría que preocuparme tanto por todas las cosas y bla bla bla. Yo sé que todo este tiempo no es un buen tiempo, que hace una banda que no es buen tiempo. Que mañana no voy a despertar y cambiar. Que mañana, a pesar de ser un nuevo día, va a seguir siendo igual de insoportable. Puedo pensar que no depende de mi, puedo pensar que sí. En realidad, en parte sí y en parte no. También se trata de elegir que me afecta y que no. Claramente, no puedo andar por la vida dejando que todo me afecte tanto. Por otro lado, no puedo andar por la vida queriendo tapar los sentimientos. Como me califica la palabra contradictoria.

Porque si digo: me da lo mismo, no me expreso. No saco lo que me pasa, no opino sobre el mundo y me guardo en yo misma. (definición muy por encima, ya que yo tengo otra aún mejor). Pero si saco lo que siento, soy una loca, esquizofrénica, histérica, descontrolada, susceptible, enojona, discutidora, autodefensiva, insoportable e irrespetuosa.

Yo realmente sé que no sé nada, sé que me equivoco en muchísimas cosas al día, que mis actitudes a veces pueden caer mal, que no fue la mejor reacción que pude tener... y aca viene el pero. Después de reaccionar como una maniática, controladora asesina me río. O me doy cuenta de lo que hice. Después de ser una irrespetuosa, me doy cuenta de las cosas. Y quizás estuve mal, y diganme quien hace todo perfectamente bien en este imperfecto mundo. Dejando eso de lado, me caen mal las cosas que hago y lamentablemente me doy cuenta después de hacerlas.

Estoy de acuerdo en que estuve mal todo el día, lo único que digo, es que sola no me pude haber puesto mal. Si a mi me hacen chistes, se cagan de risa. Cuando yo hago chistes, Daniela deja de hablar que me duele la cabeza. Y al mismo tiempo, todos estamos susceptibles, a todos nos molesta todo.

Voy a dejar de escribir, porque llegando a este punto me di cuenta que mi forma de pensar es tan contradictoria que ni yo me llego a entender. No entiendo lo que escribo, imagínense lo que es mi empobrecida mente llena de palabras y pensamientos, mezclados con confusos sentimientos y contradicciones que llegan a hacerme pensar hasta estallar.
Lo malo que tiene esto de la contradicción de mis problemas, es que nunca puedo llegar al desahogo. Mi mente maquínea y de eso no tengan duda, lo que siento es que nadie me va a entender. ¿Por que? Porque, como dije antes, ni yo tengo las cosas claras. Nadie tiene las cosas claras, y mi punto de vista cada vez se nubla mas.
Y a pesar de que haya dicho que iba a dejar de escribir, vuelvo a ser la que soy usualmente. La palabra contradicción es un medio, hasta llega a ser causa, de muchos inconvenientes.
Pero nada, de que les sirve saber esto. Ni siquiera les interesa. Todo comenzó con un problema habitual y real. Todo comenzó porque me peleé con mi mamá (rarísimo) y siempre es lo mismo. Pero no me voy a poner a discutir, porque ya lo hice personalmente, con ella. Porque sé y comprendo que a pesar de pensar que yo tengo la razón, es una persona grande y tiene las cosas mas claras que yo.
Ahora no sé que pensar y esto no sirvió para aclarar nada en mi retorcido cerebro.

Por lo menos saben una millonésima parte de lo que maquina mi mente, en el caso no muy probable, de que hayan leído esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario