miércoles, 5 de enero de 2011

Hola soy yo. ¿Que soy yo? Soy una individua sin remedio. Me siento una ameba, ya nadie me quiere. Tampoco sé a quien debo querer, porque el que quiero no es el correcto. ¿Como hacer que la persona que quieras, te siga queriendo para siempre? Que te diga la verdad. Que te quiera ver feliz. Que todo lo que diga, se cumpla. Que no te mienta. Que no te olvide. Que te cuente de su vida. Que se pueda reír junto con él, y no darse cuenta de los parámetros del tiempo. Que los segundos no importen, que parezca que se detiene el tiempo. Que ya nada importa, porque lo único que te mantiene en pie es que él te quiere. Pero él no te quiere. Y lo único que haces en todo el día es pensar en él. Escuchas canciones y te lo imaginas. Te imaginas momentos, palabras para decirle. Recordas su imagen. Recordas tiempos pasados donde él te quería, y todo era feliz. ¿Porque el tiempo pasa, y las personas cambian? Siempre me lo voy a preguntar. Lo que mas duele, es cuando te arrepentís. Cuando te arrepentís de haber dejado pasar la oportunidad. Y sentís que todo es culpa tuya. Cuando el poco aire que te queda, se derrite. Cuando de verdad sentís que tocaste fondo. De un momento para otro caes en el abismo y mientras vas cayendo te preguntas ¿Qué hice mal? Porque algo tenés que haber hecho mal para que todo acabe de esta forma. ¿O es tan solo el destino? Yo creo en el destino, en verdad, en lo que creo es en las causalidades. Porque no existen las casualidades. Pero tu destino, lo manejas vos. El peor momento es cuando te pones a pensar ¿Qué hubiera pasado si…? Y no tiene remedio, ni reversión. Porque lamentablemente no podes volver al pasado, y cambiar las cosas. No me arrepiento de nada, las cartas ya están tiradas. Ahora, esto es lo que tengo. Y si las cosas sucedieron así, es por alguna causa. A veces me duele recordar el pasado, haber pensado que podría volver a ser como antes. Pero todo cambia, los lugares, nosotros… todo. Nada es como un año atrás. Las cartas están sobre la mesa, y no queda otra que jugar. A veces no hay que pensar tanto, porque se te pasa la vida, los segundos, los minutos, las horas, los días y así los meses. Siempre confusa y dejando las cosas inconclusas. Si hay un sentimiento que odio, es estar confusa. De la mano de la contradicción. Porque quiero, pero no puedo. Porque puedo, pero no quiero. Yo lo haría, pero tal cosa. Y es después donde uno llora sobre el vaso derramado. Y es que el vaso ya se derramó, ¿porque seguir pensando sobre eso? No se puede cambiar, sólo podes seguir luchando con la cabeza bien alta. Sabiendo que lo único que importa es disfrutar de esta vida, que es única. Nunca más vas a volver a repetir. Y si vivís arrepentida, es una lástima. Sólo seguir adelante, y ser feliz. Pero si hay algo mejor que ser feliz, es ver feliz a las demás personas, más cuando son seres queridos. Aunque algunos de ellos sean felices sin ti.

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